“Omega 3”, “Más proteínas”, “Más
calcio”, son algunas de las promesas que hacen las empresas de alimentos
envasados. Investigadores señalan que las propiedades beneficiosas de ciertos
ingredientes en un alimento deben ser certificadas por estudios médicos y
epidemiológicos. Las trampas de la publicidad y la conveniencia de prestar
atención al rotulado nutricional.
La publicidad y el marketing se
inmiscuyen desde principios del siglo pasado en los rincones más insólitos. Hábitos,
deseos, costumbres, y hasta los malestares ya cuentan con un catálogo de
propagandas que ofrecen la solución, saciando la sed de productos, indiferentemente
de si se quiera una bicicleta o un analgésico para el dolor de cabeza.
Uno de los casos más emblemáticos
en que el marketing hace de las suyas es el de los alimentos envasados, donde
los productos, al igual que un par de zapatos, se presentan y se lanzan al
mercado logrando, muchas veces, que su composición e ingredientes no sean el
factor primordial para su elección.
Alicia Gallo, doctora en Ciencias
Aplicadas e ingeniera en Industrias Agrícolas y Alimentarias, focalizó en la
información que los productos llevan en su envase y explicó que “el marketing
debe estar unido a lo que la legislación nacional exige. Los elaboradores de
alimentos tienen que cumplir con lo que el Código Alimentario Argentino exige
como rotulado”.
“El consumidor, lo primero que
tiene que aprender a hacer es a leer el rotulado nutricional”, señaló Gallo a
Argentina Investiga y agregó: “Si uno mira un paquete de cualquier alimento va
a encontrar un rótulo frontal donde aparece una información mínima que dice el
producto que está comprando, una imagen y no mucho más. Y el rotulado
nutricional es el que está en la cara posterior en forma de cuadro. Ese cuadro
es lo que hay que aprender a leer”.
Este rotulado es una descripción
informativa destinada al consumidor, donde se detallan los componentes de los
productos alimenticios, entre ellos los nutrientes, elementos indispensables
para el crecimiento, desarrollo y mantenimiento de la salud (hidratos de
carbono, proteínas, grasas, minerales, vitaminas, agua, etc.).
Omega, calcio, hierro, vitaminas,
bacterias beneficiosas para nuestro organismo y un sinfín de propiedades se
leen en los productos de las góndolas. ¿Qué hay de cierto en estas cualidades
“extras”? En palabras de Gallo, la declaratoria de propiedades nutricionales
tiene que estar basada en un estudio científico comprobado: “Cuando uno habla
de acciones beneficiosas de un ingrediente sobre la salud requiere de todo un
estudio previo, que va de la mano de la medicina y de la epidemiología”.
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