martes, 8 de enero de 2013

El consumo de carne roja, ¿incrementa el riesgo de cáncer?


Las últimas décadas han sido prolíficas en investigaciones sobre la relación entre la nutrición y la incidencia del cáncer. Nuevos estudios vinculan al consumo de carne vacuna con el desarrollo de esta grave enfermedad.


Comer una porción diaria de carne roja procesada puede aumentar el riesgo de muerte prematura hasta en un 20%, de acuerdo a "Red meat consumption and mortality: results from 2 prospective cohort studies", una investigación realizada por expertos de la Universidad de Harvard en 120.000 personas de los Estados Unidos. Publicada a principios marzo de este año en el Archives of Internal Medicine, ofrece evidencias de que comer carne roja incrementa el riesgo de enfermedades cardíacas y cáncer.
 
Otros nuevos estudios epidemiológicos y revisiones se han difundido este año que relacionan la consumición de carne vacuna con una mayor probabilidad de desarrollo de distintos tipos de cáncer. Uno de ellos: "Meat consumption and risk of lung cancer: evidence from observational studies", una revisión sistemática y meta-análisis de 34 estudios epidemiológicos, recientemente publicada en Annals of Oncology, sugiere que un consumo elevado de carne roja puede intensificar hasta en un 35% el riesgo de cáncer de pulmón mientras que una alta ingesta de aves de corral disminuiría la incidencia en un 10%.
 
Y "Dietary,lifestyle and clinicopathological factors associated with APC mutations and promoter methylation in colorectal cancers from the EPIC-Norfolk study", un estudio de cohorte del Reino Unido, fue el primero que examinó las mutaciones en el gen APC (adenomatous polyposis coli) y el promotor de metilación en el desarrollo del cáncer colorrectal en relación con los factores clínico-patológicos, la dieta y el estilo de vida. Los resultados de este trabajo, publicado en Journal of Pathology, son concluyentes: cada incremento de 19g/día en el consumo de carne procesada se asociaría a casos con mutaciones en APC, lo que sugiere un enlace mecánico entre la dieta y los agentes alquilantes (tales como compuestos N-nitrosos).
 
Por otra parte, 40 expertos europeos participaron en una investigación prospectiva realizada en 23 centros administrativos de Dinamarca, Suecia, Noruega, el Reino Unido, Francia, Países Bajos, Alemania, España, Italia y Grecia, cuyo objetivo fue indagar la asociación entre la ingesta de carne y pescado con el riesgo de carcinoma de las células escamosas del tracto respiratorio y digestivo superior, y el posible mecanismo a través del grupo hemo-hierro. Titulada "Meat and Heme Iron Intake and Risk of Squamous Cell Carcinoma and Nutrition of the Upper Aero-Digestive Tract in the European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition (EPIC)", y difundida en la última edición de Cancer Epidemiology Biomarkers & Prevention, constató que el consumo excesivo de carne procesada se asocia positivamente con este tipo de cáncer, especialmente entre los fumadores.


Esta información fue analizada por el Prof. Dr. Vicente Castiglia, asesor científico  de esta Institución; análisis que transcribiremos a continuación.

1 - No cabe duda que todos los datos apuntan a que la ingesta de carnes rojas se asocian con un incremento en ciertos cánceres al menos desde el punto de vista de un sanitarista que debe trabajar con grandes poblaciones.

2 - No he leído los artículos originales (porque para ingresar hay que tener un código y luego hay que leerlos con detenimiento) pero es de conocimiento establecido que el cáncer es una patología que se presenta en individuos que alcanzan una cierta edad. También es sabido que las carnes (no solamente las rojas, pero también las rojas) aportan nutrientes que son esenciales para correcta función del organismo y ello aumenta la longevidad de las poblaciones.  O sea que el problema parece ser que se debería establecer cuál es la cantidad de carne roja que provee al ser humano de un máximo beneficio y un mínimo riesgo. Esto no figura en la información provista y enlaza con el punto siguiente.

3 - Sin disponer de cálculos absolutos, los porcentajes tienen valor relativo. 

Tomemos por ejemplo el primer estudio "Red meat consumption and mortality: results from 2 prospective cohort studies"  que habla de un incremento del 20 % en muertes prematuras.
Supongamos que tenemos una población de 1.000.000 personas que no consumieran carnes rojas y tuvieran un "mortalidad prematura" de 100 casos/ millón, si la misma población hubiera consumido carnes rojas, según el estudio, la mortalidad prematura habría sido de 120 casos/ millón.  Queda en claro que si bien es cierto que una probabilidad de mortalidad de 120 por millón es mayor que una probabilidad de 100 por millón, es discutible que la diferencia sea tan importante como para que el médico clínico tome medidas más allá de recomendar un consumo moderado de carnes rojas. 

En resumen, con la información provista la conclusión final es que "hay evidencias circunstanciales" que indican que las carnes rojas están relacionadas con ciertos cánceres, pero el peso real de este factor debe ser estimado de manera apropiada (inciso 2) para poder orientar con precisión las decisiones a tomar.