La herramienta, que define
políticas públicas concretas de acuerdo al nuevo paradigma de inclusión y
derechos que plantea la Ley Nacional 26.657, fue presentada por el Ministerio
de Salud de la Nación.
"Este plan es el tercer
paso. Primero fue la ley y luego la reglamentación, pero es una herramienta
trascendental de gestión que construimos entre todos, y entre todos debemos
lograr que se implemente", sostuvo la directora nacional de Salud Mental y
Adicciones, María Matilde Massa, durante la presentación.
Ante un auditorio colmado de
especialistas, referentes de la sociedad civil, de universidades y de
autoridades provinciales en la temática, quienes participaron de las jornadas
llevadas adelante para la confección de este plan, Massa aseguró que
"queremos cambiar un paradigma".
"Pretendemos una
transformación cultural y esto es posible porque la cultura es una construcción
y la hacemos los hombres", expresó la funcionaria quien describió que el
plan establece acciones y metas a seis años, e incluye los criterios para evaluar
si estas se cumplieron.
El 2 de diciembre de 2010 el
Congreso aprobó la Ley 26.653, de Salud Mental, en la que se establecieron las
bases de un nuevo paradigma basado en la atención comunitaria, en el ámbito del
paciente, en forma integrada a la sociedad, oponiéndose a las prácticas de
encierro y aislamiento vigente.
La estigmatización y
discriminación fue el primero de los problemas identificados y, para ello, el
plan nacional propone la difusión de derechos La ley, guiada por el espíritu de
la salud mental como un derecho humano que debe ser acercado a las personas y
no efectuarse desde una institución estática, fue reglamentada en mayo de 2013.
"Luego de largas jornadas,
de caminar mucho el país y de datos epidemiológicos encontramos nueve problemas
en relación a la salud mental y a la no implementación de la Ley 26.657",
dijo.
La estigmatización y
discriminación fue el primero de los problemas identificados y, para ello, el
plan nacional propone la difusión de derechos, la creación de proyectos
destinados a la promoción de la equidad, interculturalidad y perspectiva de
género y el aumento de la accesibilidad de servicios, dispositivos y
actividades de salud de la población.
El segundo inconveniente es la
existencia de una red de salud mental deficiente o directamente inexistente
acorde al abordaje centrado en los derechos que propone la ley, lo que
constituye un tema central del cambio de paradigma porque sin la existencia de
esta red es imposible la desinstitucionalización, es decir, la no internación
de los pacientes.
Ante esta problemática, el plan
establece con claridad la necesidad de crear dispositivos comunitarios,
servicios de salud mental en hospitales comunes y el cierre en forma programada
y gradual de los neuropsiquiátricos.
Otras dos falencias detectadas
fueron la inclusión inadecuada de las adicciones y los consumos problemáticos
dentro del campo de la salud mental, así como que la red de servicios no
contempla la especificidad de la problemática en niños, niñas, adolescentes y
adultos mayores.
Ante ambos problemas la solución
planteada es el trabajo interdisciplinario, la creación de dispositivos,
programas y recursos que trabajen en prevención, entre otra serie de medidas.
El quinto problema detectado es
la formación ineficiente de los recursos humanos en salud mental: "Hay que
formar a los profesionales en el nuevo paradigma, porque muchos de ellos fueron
capacitados en viejas prácticas y nuestro gran desafío es que las prácticas que
se implementan en todo el país sean acordes al espíritu del plan y de la
Ley", describió a Télam Massa.
El plan también establece
acciones para combatir el escaso desarrollo de la epidemiología en salud
mental; el escaso desarrollo de un sistema de monitoreo y evaluación de la
calidad en la atención de los servicios y la falta de investigación acorde a
las necesidad de la población, que constituyen los problemas seis, siete y
ocho, respectivamente.
También se menciona como falencia
que en el abordaje de emergencias y desastres no está contemplada la salud
mental y se propone revertir esta situación con capacitación.
El plan finaliza fijando 31 metas
con sus respectivos indicadores que permitirán un monitoreo del trabajo que se
realizará en tres etapas antes de 2020.
"No estamos bien, pero
estamos mucho mejor, y estamos caminando. Queda mucha tarea por delante y
necesitamos del trabajo de todos y de todas las jurisdicciones", concluyó
Massa.
Fuente: Télam