Tiene 48 años y lleva 18 en coma.
El tema "debe resolverse en el ámbito intrafamiliar, no requiriendo
autorización judicial", sostuvo el tribunal.
La justicia neuquina falló a
favor de la familia de Marcelo Diez, que había pedido que se le retirara la
asistencia mecánica que lo mantiene con vida desde 1994, cuando entró en estado
vegetativo. Es el primer caso de estas características tras la sanción, el año
pasado, de la Ley 26.742, de los Derechos del Paciente. Los jueces de la Sala
Civil del Tribunal Superior de Justicia de Neuquén consideraron que el derecho
a una muerte digna "debe resolverse en el ámbito intrafamiliar, no
requiriendo autorización judicial".
"Este fallo culmina un largo
y tortuoso camino judicial y marca el regreso del sentido común –explicó a
Tiempo Argentino el abogado patrocinante de la familia Diez, Lucas Pica–.
Teníamos muchas expectativas y creíamos que no podía volver a pasar lo que pasó
en primera y segunda instancia, con sentencias que no se ajustaban a Derecho,
presionadas por los sectores más conservadores de la sociedad y que en algunos
casos citaban encíclicas papales entre los fundamentos."
Marcelo Diez tiene 48 años y
desde hace casi 18 se halla en estado vegetativo irreversible, tras un
accidente de tránsito. Los primeros años, sus padres intentaron reanimarlo por
todos los medios. Montaron en la casa algo parecido a un hospital para su
rehabilitación, lo llevaron a la Fundación Favaloro, de allí a la Clínica
Bazterrica y luego a ALPI. Nada pudieron hacer, tampoco aceptar lo que le había
pasado a su hijo. La madre falleció en 2003; el padre, en 2008. Desde entonces,
sus hermanas vienen reclamando que se les permita "dejarlo ir".
"Alegres no estamos –dijo
Pica–, porque es una historia tristísima, pero estamos satisfechos con la
resolución del Tribunal que, además, cambia el paradigma de la relación
médico-paciente: se abandona el paternalismo que funcionaba hasta hoy."
El caso había conmovido a la
opinión pública nacional, pero sobre todo al pueblo neuquino. Meses atrás, los
familiares habían denunciado que los sectores conservadores de esa sociedad
presionaban fuertemente sobre la justicia. Desconociendo el consejo de los
comités de bioética que analizaron el caso de Marcelo Diez, el obispo de la
diócesis de Neuquén, monseñor Virginio Domingo Bressanelli, expresó en una
carta pública a los fieles, fechada el 15 de agosto de 2012, que el de Marcelo
"no es un caso irreversible".
Fuente: Tiempo Argentino