El control de factores de riesgo como la hipertensión
arterial y la adopción de hábitos saludables por parte de la población son
fundamentales para prevenir el Ataque Cerebrovascular (ACV), que provoca unas 14.000
muertes al año y es la primera cusa de discapacidad permanente en adultos en
nuestro país, según estimaciones del Ministerio de Salud de la Nación.
"El principal factor de riesgo para estos eventos es la
hipertensión arterial, ya que ocho de cada diez personas que sufren un ACV son
hipertensos", detalló hoy el director de Promoción de la Salud y Control
de Enfermedades No Transmisibles de la cartera sanitaria nacional, Sebastián
Laspiur, quien agregó que "otros factores que influyen son el sobrepeso y
la obesidad, el sedentarismo, el consumo de alcohol, drogas y tabaco, al punto
de que los fumadores aumentan cuatro veces el riesgo de tener un ACV".
Si se tiene en cuenta que el consumo de sodio eleva la
tensión arterial, la reducción en la ingesta diaria de sal es una sencilla
forma de prevenir esta enfermedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda
no consumir más de 5 gramos diarios y en la Argentina llega casi a 12 gramos
diarios por habitante, por lo que es primordial disminuir el consumo de sal
agregada en las comidas y también cobra suma importancia el compromiso de la
industria de alimentos para reducir el sodio en los productos procesados.
"Desde el Ministerio de Salud de la Nación venimos
trabajando fuertemente en este aspecto y, en el marco de la iniciativa 'Menos
Sal, Más Vida', hemos generado un convenio de reducción progresiva de sodio con
los representantes de la industria alimentaria que, sumado a las acciones y
políticas de promoción de los hábitos saludables, van a tener un impacto
sanitario importante en la población relacionado directamente con esta
problemática. Según estimaciones elaboradas por nuestros técnicos, avanzando
con las estrategias de promoción de la salud, para 2020 se podrán evitar unos 110.000
casos de ACV", evaluó Laspiur.
Además, la cartera sanitaria nacional, a través del Plan
Argentina Saludable, implementa acciones
para la prevención de los factores de riesgo, como la alimentación inadecuada, el
consumo de tabaco, la inactividad física y el uso indebido de alcohol. Esta es
una política priorizada por el organismo en línea con la relevancia que se le
ha otorgado a nivel global, ya que el año pasado las Naciones Unidas definieron
medidas para prevenir las enfermedades crónicas no transmisibles, consideradas
como la epidemia de este siglo.
Por otra parte, resulta muy útil que la población esté
informada acerca de los síntomas que pueden preceder a un ataque cerebral, como
por ejemplo adormecimiento o parálisis en una pierna o un brazo, dificultad
para el habla, problemas en la visión y dolor de cabeza súbito pueden ser
señales de la inminencia de un evento, que de ser tratado en forma oportuna
puede disminuir las posibles secuelas.
Según indicó Laspiur, "la información, las políticas de
prevención y sobre todo el compromiso de los diferentes actores, tanto
gubernamentales, como ONGs, sociedades científicas y los representantes de la
industria son fundamentales a la hora de enfrentar este problema, que
representa un gran impacto en la calidad de vida de las personas y genera
elevados gastos para el sistema de salud".
Preguntas frecuentes
-¿Qué es el Ataque Cerebrovascular (ACV)?
Es una afección causada por la pérdida de flujo sanguíneo
cerebral (isquémico) o por el sangrado (hemorrágico) dentro de la cabeza. El
primer tipo de ataque cerebral es el más frecuente y ocurre en el 80% de los
casos.
Cualquiera de las dos situaciones puede provocar que las
neuronas se debiliten o mueran, ya que sin oxígeno las células nerviosas no
pueden funcionar. Las partes del cuerpo controladas por las regiones del cerebro
afectadas dejan de funcionar.
Los efectos de un ataque cerebral suelen ser permanentes, ya
que las células cerebrales muertas no se pueden reemplazar.
Por medio del reconocimiento temprano de los signos de un
ataque cerebral y la búsqueda inmediata de atención médica, se pueden reducir
las posibilidades de muerte y discapacidad.
-¿Cuáles son los síntomas?
Todos los síntomas del ACV comienzan en forma súbita. Entre
ellos, los más frecuentes son:
● Falta súbita de sensación, debilidad o parálisis
repentinas en la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un lado del
cuerpo. Se trata del síntoma más frecuente.
● Problemas repentinos para hablar o entender.
● Problemas repentinos para ver con uno o los dos ojos.
● Dificultades para caminar, mareo, vértigo, pérdida del
equilibrio o falta de coordinación.
● Dolor de cabeza súbito y de máxima intensidad
-¿Se puede prevenir o evitar?
Sí. Para ello es indispensable conocer los factores de
riesgo. Estos representan las condiciones que predisponen a una persona a
sufrir un ataque cerebral.
-¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se basa en las preguntas que el médico hace
al paciente o a su familia, en el examen neurológico y en los estudios complementarios.
En las primeras horas, sólo es necesario un análisis de sangre, un
electrocardiograma y una tomografía.
Un diagnóstico adecuado de la causa del ACV resulta
fundamental para poder prevenir un segundo evento, cuya probabilidad de que
ocurra es relativamente alta. Para ello, es necesario realizar estudios
cerebrales por imágenes (tomografía computada o resonancia magnética), una
evaluación de la circulación extra e intracraneal y un análisis de sangre para
detectar alteraciones de la coagulación, además de un electrocardiograma y un
ecocardiograma para identificar causas originadas en el corazón.
-¿Es posible rehabilitarse luego de un ACV?
Sí, en la mayoría de los casos los pacientes efectivamente
mejoran. Es importante recordar que los efectos de un ataque cerebral son
peores inmediatamente después de ocurrido el evento. A partir de entonces, la
velocidad y calidad de las mejoras dependen de la extensión de la lesión
cerebral y del éxito del tratamiento y la rehabilitación. Algunos puntos
importantes a tener en cuenta son los siguientes:
● La recuperación comienza una vez finalizado el ataque y
cuando el paciente está médicamente estable.
● Algunas mejoras son espontáneas y dependen de cómo
funciona el cerebro después de la lesión.
● Los programas de rehabilitación para personas con ataques
cerebrales ayudan a mejorar las capacidades y aprender nuevas destrezas y
técnicas para adaptarse.
● Las mejoras suelen ocurrir más rápido durante los primeros
meses después del ataque, luego siguen con el esfuerzo y dedicación continuos a
través de los años.
● Se trata de una rehabilitación multidisciplinaria que
abarca el lenguaje y aspectos motores, incluso contempla una terapia
ocupacional, con el objetivo de mejorar las secuelas y reinsertar al paciente a
su vida cotidiana.
● Además, es primordial la rehabilitación psicológica y
psiquiátrica porque muchos pacientes sufren trastorno de la personalidad tras
el ataque, mientras que otros pueden padecer demencia. También es importante
tratar la depresión, ya que entre el 40 y 50% de los pacientes sufre estados
depresivos como secuela del ataque, situación que perjudica la continuidad del
tratamiento y de la rehabilitación.
-¿A quiénes afecta y a qué edades con mayor frecuencia?
Afecta más a hombres que a mujeres y la máxima frecuencia en
Argentina se da entre los 65 y 70 años. Sin embargo, puede ocurrir a cualquier
edad, desde el nacimiento hasta las edades más avanzadas.
Fuente: Ministerio de Salud de la Nación