jueves, 6 de septiembre de 2012

“Se debería involucrar más a los hospitales en la vida cotidiana de la gente”

Hay que revertir la secuencia que coloca a los centros asistenciales como último eslabón al que se recurre cuando ya no quedan alternativas o las enfermedades están declaradas. Esto no se relaciona tanto con las condiciones socioeconómicas de la población -aunque es allí donde más pega la brecha entre riqueza y pobreza- o con el carácter público o privado del sistema de salud, sino con el modelo con el que se concibe la provisión de ese servicio básico y el lugar que ocupan los hospitales y clínicas en nuestras vidas. 

En eso trabaja Kathy Gerwig, norteamericana y californiana, impulsando un cambio de paradigma en los sistemas hospitalarios. Ella es licenciada en geografía y ciencias ambientales, forma parte de los consejos directivos de varias organizaciones no gubernamentales reconocidas -entre ellas, Salud sin Daño-, que trabajan en temas de sustentabilidad y seguridad ambiental en el cuidado de la salud. 

Aboga por la construcción de hospitales “de dimensiones más humanas”, la reducción de los residuos y del uso de energía, el uso de sustancias químicas seguras y la compra de alimentos cultivados de manera sustentable dentro de la propia comunidad. Es una de las dirigentes que está liderando la iniciativa Agenda Global para Hospitales Verdes y Saludables, que integran ya varios hospitales públicos y privados de la Argentina. 

Durante su visita a Buenos Aires, Gerwig brindó una conferencia en el Hospital Fernández sobre sustentabilidad ambiental en el cuidado de la salud, dirigida a profesionales y autoridades de hospitales y sistemas de salud. Allí presentó experiencias exitosas en que los profesionales de la salud pueden promover cambios concretos dentro de sus propias instituciones.

¿No tienen ya suficiente tarea los hospitales con la atención de los pacientes para ocuparse también de las cuestiones ambientales?

A nadie puede escapar que la salud humana y la salud ambiental están íntimamente relacionadas. Hay una serie de factores ambientales significativos, como la contaminación, que contribuyen a las enfermedades, o directamente las provocan. Es nuestra tarea evitar esto siempre que sea posible ofreciendo mejores servicios de salud. Pero además los hospitales contribuyen, de hecho, a producir o incrementar problemas ambientales: utilizan mucha energía que contribuye al cambio climático y productos que emplean sustancias químicas perjudiciales y generan montones de desechos. Al analizar y cambiar esos modos de funcionamiento del sistema hospitalario podemos mostrar a otros sectores que es posible disminuir los factores ambientales que contribuyen a las enfermedades y promover la salud haciendo descender las probabilidades de contraer enfermedades.

¿Cuáles son los temas más preocupantes y cómo abordarlos de otro modo?

Uno es el uso de energía que genera emisiones de gases con efecto invernadero, quemando diferentes tipos de combustible, lo que contribuye al cambio climático y tiene impacto en la salud, como problemas respiratorios, propagación de enfermedades infecciosas, etc. Nuestra mayor prioridad es reducir la cantidad de sustancias químicas y productos que utilizamos todos los días.

¿Ejemplos?

Un ejemplo es el vinilo. Los productos de vinilo están en todo el ámbito de la salud, desde los pisos a las bolsas para inyectar líquidos intravenosos, y cuando el vinilo se fabrica o incinera crea polución con dioxano (dióxido de dietileno). El dioxano es un cancerígeno. Nosotros queremos reducir la exposición a sustancias químicas que producen cáncer y podemos hacerlo no comprando productos que contribuyan a esta enfermedad. Analizar todos los productos y comprar los más seguros. Además, está la reducción de desechos y consumo de agua. Los hospitales generan un montón de desechos y gran parte de éstos puede reciclarse. Hay que proponerse ser más inteligentes respecto de cómo trabajamos para no generar tanto desperdicio. La conservación del agua es otro aspecto importante y eso también se relaciona con el cambio climático porque el consumo de agua requiere bombeo y el bombeo requiere energía. Hay una relación profunda entre proteger el agua y atenuar los efectos del cambio climático. Y la quinta área en la cual debemos concentrarnos es la de los alimentos. Alimentos sustentables, porque los hospitales compran mucha comida para los cafés, para los trabajadores y los visitantes y para la comida de los pacientes. Organizamos los mercados de granja con el fin de proveer verduras y vegetales frescos a los hospitales para los que trabajan en el hospital y para la comunidad circundante. Es una buena manera de mostrar que lo que es bueno para el medio ambiente es fantástico para nuestra salud. Los hospitales deben ser un lugar para la salud, no sólo para los que están enfermos.

¿Existe un cambio en el modelo tradicional hospitalario?

En el área de salud en las últimas décadas, el foco estuvo puesto en tratar la enfermedad y ayudar a las personas enfermas a recuperarse. La apreciación de los factores ambientales que contribuyen a la enfermedad cambió la idea de lo que se necesita para que las personas se recuperen. Concentrarse en la prevención significa que no sólo hay que tratar una enfermedad sino remontarse hasta ver dónde están las causas. Por eso hay que prestar atención a los niños y ocuparse de tratar la obesidad infantil, porque es muy probable que los niños obesos sean adultos obesos y tendrán todos los problemas de salud derivados de la obesidad. Lo mismo pasa con la contaminación. Si los niños están expuestos a sustancias químicas nocivas, cuando son adultos pueden tener problemas reproductivos o cáncer. Es una apreciación de hasta dónde debemos ir para prevenir enfermedades que existen en la actualidad, y una toma de conciencia para evaluar los factores que contribuyen a la enfermedad y la necesidad de remontar la corriente para resolver estos problemas de manera innovadora.

Entrevista: Fabián Bosoer - Fuente: Clarín
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