La Iniciativa Global por el Asma (GINA), que reúne a entidades internacionales que trabajan para controlar esa enfermedad respiratoria, destacó hoy la necesidad de concientizar a la población para bajar a la mitad al 2015 las hospitalizaciones por ese trastorno.
El proyecto que incluye tareas de capacitación y difusión sobre el asma cuenta en Argentina con la adhesión de la Sociedad de Medicina y las asociaciones de Alergia e Inmunología Clínica (AAIM) y de Medicina Respiratoria (AAMR).
El lema de la iniciativa en Argentina será "Usted puede controlar su asma" y apunta a que los afectados en el país, que se estiman en 4 millones de personas, sepan más de la enfermedad y acudan a los controles médicos para poder mejorar su calidad de vida.
El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas, cuyos síntomas principales son sibilancias (silbidos en el pecho), falta de aire, sensación de opresión en el pecho y tos, los síntomas suelen presentarse por la noche, interrumpiendo el sueño a la madrugada, y/o por la mañana poco después de despertar.
Por medio de la espirometría puede evaluarse la magnitud de la obstrucción bronquial, que suele mejorar parcial o totalmente con broncodilatadores y con otros medicamentos que reducen la inflamación.
Los factores desencadenantes más comunes que provocan síntomas son las infecciones virales, la inhalación de alérgenos (como los ácaros del polvo ambiental, los epitelios de animales, etc.), el humo de tabaco, ciertos contaminantes del aire como los gases de combustión de autos, camiones y colectivos.
Muchos asmáticos presentan estos síntomas con la actividad física o el deporte, así como luego de ingerir determinados alimentos, aditivos y ciertos medicamentos.
La GINA indicó al conmemorarse el Día Mundial del Asma que hay 300 millones de personas que sufren esa enfermedad en el mundo y se considera que en Latinoamérica, sólo el 2,4% de los pacientes cumplen todos los criterios correspondientes a un control total de la enfermedad.
Guillermo Menga, presidente de la AAMR, explicó que "aunque la mortalidad por esta enfermedad disminuyó, probablemente debido a la existencia de mejores tratamientos, muchos pacientes aún no alcanzan los objetivos adecuados de control”.
Menga informó que "si bien el tratamiento de mantenimiento de la enfermedad tiene como primer objetivo prevenir las exacerbaciones, éstas siguen ocurriendo, y son una causa frecuente de consulta en los servicios de emergencia", un 30% de las cuales requiere de hospitalización.
Por su parte, Hugo Ghiani, presidente de la AAIM y coordinador Referente del Programa Bonaerense de Asma Infanto-Juvenil bonaerense, sostuvo que "se necesita del compromiso del paciente, para que el control de la enfermedad sea óptimo".
Ghiani aludió a un estudio internacional encabezado por el especialista Hugo Neffen que reveló que la mitad de los pacientes que padecían de asma moderada manifestaban que su enfermedad se encontraba bien controlada.
"Pero en realidad, después de analizar los tratamientos y pautas sanitarias, se observó que sólo el 2,4% de los pacientes (2,3% de los adultos y 2,6% de los niños) cumplían todos los criterios correspondientes a un control total del asma", puntualizó.
Los tratamientos disponibles para el asma están basados en el uso de corticoides inhalados, broncodilatadores de acción prolongada, de acción rápida y antileucotrienos que permiten reducir o suprimir notablemente el impacto de estos estímulos en la vida cotidiana de los asmáticos.
Existen dos tipos de medicación disponibles para el tratamiento del asma; la de rescate que se usa para aliviar rápidamente los síntomas y la de control, que se emplea de manera continua y permanente para prevenirlos.
(Télam)