lunes, 6 de agosto de 2012

Encuesta de la Confederación Farmacéutica Argentina con datos alarmantes: Una sociedad sobremedicada

Una encuesta desarrollada por la Confederación Farmacéutica Argentina arroja datos preocupantes sobre el comportamiento de la sociedad frente a la adquisición y uso de los medicamentos. 


Los resultados de la encuesta se presentaron oficialmente en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires (Perú 130) en el marco de la Jornada Debate La Sociedad y el Uso Responsable de los Medicamentos, de la que participarán el Ministro de Salud de la Nación, ex ministros, funcionarios nacionales y de la Ciudad de Buenos Aires, las universidades, presidentes de las sociedades científicas y de profesionales del sector Salud (Confederaciones médica, odontológica, farmacéutica y bioquímica), la OPS/OMS, las cámaras de laboratorios de medicamentos, entre otras organizaciones. 

Algunos Datos 

● El 82% de 1500 personas encuestadas en las ciudades de Buenos Aires (957) y Córdoba (508) toman medicamentos de venta libre. Pero más de la mitad desconoce los efectos adversos que pueden provocar. El 55% desconoce el riesgo de las interacciones con otros medicamentos y el 35% ignora el riesgo de toxicidad o ineficacia de un medicamento vencido. 

● Son datos de por sí alarmantes a los que hay que agregar que el 18% consume medicamentos de venta libre en forma diaria. O sea que un medicamento que es vendido sin prescripción para una dolencia simple es utilizado como un medicamento para una enfermedad crónica (que requiere seguimiento médico, estudios, etc), en muchos casos sin asesoramiento profesional. Porque también surge de la encuesta que al 48% le recomendaron la toma de medicamentos en el último mes. De ese porcentaje, el 44% de los encuestados recibió la recomendación de un familiar y un 13% de un conocido. Sólo el 37% lo tomó por recomendación de un profesional de la salud. El 40% de los encuestados opina que el hecho de que los medicamentos estén en góndolas sugiere que no hace falta consulta con el profesional farmacéutico. 

● A la vez, el 50% de las personas consultadas admite que sin ser profesional de la salud recomienda medicamentos y el 54% manifestó que lleva usualmente medicamentos en la cartera, maletín o bolsillos. 

● En cuanto a la exhibición de medicamentos en góndolas (que en realidad está prohibida por ley 26567) al 27% de los encuestados le sugiere que son económicos, cuando en realidad hay presentaciones de venta bajo receta que tienen un precio 50% menor que los de venta libre, por ejemplo, algunas presentaciones de ibuprofeno y diclofenac. 

● Al 28% el hecho de que los medicamentos estén en góndolas le sugiere que son inofensivos, pero a la vez, el 65% considera que el control de los medicamentos debería ser mayor y 45% opina que comprar medicamentos en góndolas es perjudicial para la salud. La encuesta El relevamiento se realizó entre el 2 y 6 de abril de 2012 en la ciudad de Buenos Aires en Plaza Italia, Ciudad Universitaria, Retiro, Estación Once, Shopping Abasto, la intersección de las calles Cabildo y Juramento y el estadio de River Plate. En la ciudad de Córdoba fue desarrollada en forma telefónica. Conclusiones 

● Los datos de esta encuesta, encargada por la Confederación Farmacéutica Argentina, permiten concluir que la población tiene cifras alarmantes de consumo de medicamentos de venta libre, en forma permanente. Esto es consecuencia directa de su exposición constante a campañas publicitarias (en tanda y no tradicional), muchas de ellas con mensajes engañosos o que ocultan información importante sobre sus riesgos. 

● Se desprende de los datos, que la sociedad argentina tiene una preocupante cultura de autoconsumo y consumo sin control profesional. Se debe tener en cuenta que los medicamentos de venta libre no requieren receta médica, pero justamente por esta condición es necesaria la consulta con el profesional farmacéutico ya que, contrariamente a lo que se ha difundido a través de la publicidad, los medicamentos de venta libre no son inocuos, sino que, como cualquier otro medicamento, tienen efectos adversos, algunos de gravedad, además de provocar interacción con otros fármacos que la persona pudiera estar tomando. 

● La idea de inocuidad (mostrando solo beneficios) y el desconocimiento llevan también al abuso y al uso incorrecto. A esto contribuye, además, la sensación, reflejada en la encuesta, de que por estar exhibidos en góndolas, los medicamentos son inofensivos y que al adquirirlos no hace falta consultar con el profesional farmacéutico y que se pueden acopiar, aprovechando promociones y tomar cuanto uno considere que necesita. (ver Consecuencias de la Automedicación) 

● La sociedad demuestra, de acuerdo a los estudios realizados, tener la idea equivocada de que está segura tomando medicamentos; de que “alguien” controla su comercialización. Lo cierto es que en los lugares donde no se aplica la Ley 26567, los medicamentos que son vendidos fuera de la farmacia no tienen ningún control. Y los puntos de venta de medicamentos que los exhiben en góndolas están diseñados especialmente para evitar el contacto entre el cliente y el profesional, ya que se busca la compra de medicamentos por impulso. Se debe tener en cuenta que estos productos son pagados 100% del bolsillo de las personas. 

Consecuencias de la automedicación 

Hace algunos años la publicación “Multinational Monitor” denunció que la comercialización irresponsable de medicamentos es causa en el mundo de 12 a 16 millones de casos anuales de daños iatrogénicos, de los cuales se estima que un millón termina en la muerte de los pacientes. La mitad de los argentinos adultos hace un mal uso de los medicamentos, lo que causa la muerte de más de 700 personas y alrededor de 100.000 internaciones hospitalarias al año en el país (Universidad Maimónides – Instituto Argentino de Atención Farmacéutica). 

Analgésicos, antibióticos, antiácidos y sedantes lideran el ranking de la automedicación en la Argentina. Se estima que el 11% de todos los casos de insuficiencia renal terminal es atribuida al consumo de analgésicos. El 40% de los casos de hemorragia digestiva alta son atribuibles a la aspirina y al resto de los antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno, paracetamol). (Estudio realizado por la Farm. Gabriela Kregar, publicado en el Acta Farmacéutica Bonaerense) 

El Dr. Pedro Politi, Profesor de la Cátedra de Farmacología de la Facultad de Medicina de la UBA enumera como riesgo el delirio provocado por antihistamínicos, antiespasmódicos y antimuscarínicos. Los antiácidos, por su parte, inhiben la absorción de medicamentos importantes. También es un efecto no deseado la ineficacia por bajas dosis o un tratamiento mal dirigido a causa de un mal autodiagnóstico por parte del paciente. 

Los medicamentos de venta libre pueden afectar una medicación prescripta en diversas formas: 

● Pueden actuar de forma sinérgica con otros medicamentos. 
● Pueden aumentar o disminuir la absorción en el tracto intestinal de otro medicamento. 
● Pueden alterar la distribución de otros fármacos. 
● Pueden alterar la excreción renal de otros medicamentos. 
● Pueden interferir o afectar el efecto deseado de otro medicamento. 
● Pueden disminuir la biotransformación de otro medicamento, lo que produce un incremento de la toxicidad. Según estadísticas de la Confederación Farmacéutica Argentina, el 70% de las personas mayores agrega a la lista de medicamentos que le indica su médico (cuatro fármacos en promedio) otros remedios de venta libre por propia voluntad. 

El abuso de medicamentos es la segunda causa de intoxicación atendida en hospitales, después de la ingesta de alcohol y por encima de la cocaína y el paco. El Dr. Carlos Damin, profesor de Toxicología de la Facultad de Medicina de la UBA y jefe del servicio de Toxicología del Hospital Fernández, afirma que en ese centro sanitario se atendieron durante 2010, 2182 casos graves de intoxicación. De esa cifra, el 53% de los casos fueron exceso de alcohol y 300 por consumo abusivo de medicamentos, especialmente psicotrópicos. Además de los efectos sobre la salud, la mala utilización de los medicamentos tiene un impacto en el gasto en salud, se desperdician miles de millones de fondos públicos y personales. 

La Organización Mundial de la Salud difundió un informe en mayo de 2010 en el que informaba que: 

● Más del 50% de los medicamentos se prescriben, dispensan o venden de forma inapropiada, y la mitad de los pacientes no los toman correctamente. 
● El uso excesivo, insuficiente o indebido de los medicamentos tiene efectos nocivos para el paciente y constituye un desperdicio de recursos. 
● Más del 50% de los países no aplican políticas básicas para fomentar el uso racional de los medicamentos. 
● En los países en desarrollo, la proporción de pacientes tratados de conformidad con directrices clínicas es inferior al 40% en el sector público y del 30% en el sector privado. 
● La combinación de la formación y supervisión de los dispensadores de atención de salud, la educación de los consumidores y el suministro de medicamentos en cantidades suficientes es eficaz para mejorar su uso racional, pero separadamente todas estas intervenciones tienen un impacto reducido. 

“El análisis del consumo de medicamentos por parte de la sociedad argentina y una serie de factores conexos nos llevan a concluir que existe una estrategia de algunas empresas para aumentar las ventas de los medicamentos de venta libre. Un primer paso fue el “switch” que permitió pasar cientos de productos de venta bajo receta a la condición de venta libre con el mismo nombre comercial. Así se logró correr al médico. El segundo paso fue desregular y sacar los medicamentos a la calle: kioscos, supermercados, estaciones de servicio, trenes, ferias comunitarias, etc. 

Ahora están corriendo al farmacéutico de su rol profesional como controlador de la dispensa. Así mandaron los medicamentos a la góndola para que la gente se sirva sola, como estrategia de venta”, concluye el Farm. Ricardo Aizcorbe, Presidente de la Confederación Farmacéutica Argentina. Y aclara: “El medicamento es un producto de riesgo, por eso está sujeto a vigilancia sanitaria. No existe el medicamento inocuo. Todos tienen un grado de toxicidad y esto es especialmente sensible, teniendo en cuenta que quien los toma está en una situación de vulnerabilidad. Es por eso que deben recibir todos los fármacos de manos del farmacéutico y pedir su consejo profesional”.

Fuente: Consultor de Salud